domingo, 10 de noviembre de 2013

LA DAGA EN LA ESPALDA

Hoy voy a escribir en primera persona del singular, el tema me obliga...
La política y la traición -desde el inicio de los tiempos- corren juntas y de la mano.
Todos y cada uno de nosotros nos hemos sentido traicionados, a su vez los demás han pensado -alguna vez- lo mismo de nosotros.
Así es y así seguirá siendo.
Por mi parte acabo de experimentar la más dolorosa de las traiciones políticas: LA DE UN AMIGO y de verdad… no utilizo ese termino de manera amplia; siempre lo he acotado a muy pocas personas.
Mi amigo, quizá enceguecido por el brillo de una remota cuota de poder, no dudó en clavar su daga en mi espalda; por ser amigo y posiblemente para que mi dolor no sea insoportable, no utilizó a fondo el arma que empuñaba. Mi amigo no quiso herirme de muerte y debo agradecerle.
En breve contare la historia con lujo de detalles, tampoco quiero lastimarlo con mi escrito… solo espero explicaciones…
¿PODRA DARLAS?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo suyo Compañero Castej+on es personal y debería encarar de frente a su amigo antes de expresar públicamente el dolor de la daguita de la traición entrándole por no se donde.
Si es un amigo sea reservado y acute en consecuencia. Se parece a la Mardocco.

RUBEN LUIS CASTEJON dijo...

Querido anonimus, lo mio no es personal es politico y si fuese personal, cual seria el problema? vos vas a marcar mi linea editorial?
No hables en presente no es un amigo, yo crei serlo.
Bueno anonimus que te garue finito

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