jueves, 8 de noviembre de 2012

2013: EL DUELO ENTRE PINGÜINOS Y SCIOLISTAS

La escena política se puebla de mensajes. En el oficialismo hay un toreo entre los pingüinos y los hombres de Daniel Scioli, y ambos sectores buscan posicionarse en armados locales y seccionales. Cómo se preparan para la batalla de las listas
Dice, y manda a decir, el kirchnerismo: “Las listas seccionales se arman en la Rosada, y las locales también serán inspeccionadas; y en el FpV no habrá internas”.
Dice, y manda a decir, el sciolismo: “El Gobernador necesita más apoyo legislativo, y si no consigue al menos el 50 por ciento en las listas, va a ir a internas en las seccionales y dejará a los intendentes el armado local”.
En medio de un cambio de estrategia que ya no pone a Daniel Scioli como enemigo público, y se disimula en una tregua de dudosa durabilidad, uno de los pocos hombres que hablan asiduamente con Cristina Fernández, Carlos Zannini, dio irrevocabilidad a una presunción colectiva: “O Scioli se alinea o deberá jugar afuera; no tendrá la posibilidad de enfrentarnos en internas”.
Lo escucharon pocos, y lo repitieron muchos. La confirmación llegó a La Tecla por medio de un par de dirigentes con despacho en el Congreso. “La nómina de diputados nacionales las hará Cristina Fer-nández, como sucede regularmente desde el 2005. En las seccionales, los arreglos que hagan los intendentes serán manoseados por ella para poner pibes. Y Scioli irá a arreglar con la Presidenta a ver a quién le pone, pero será con un claro predominio K”, contó a este medio un diputado con vasto conocimiento en los cierres de listas. 
En las filas del Gobernador insisten en hacer rodar la versión del portazo en caso de no conseguir un consenso en las boletas de las ocho regiones electorales en las cuales se divide la Provincia. La postura incluye el acuerdo con intendentes presuntamente enojados porque “para ellos también hay, y después se les va a hacer imposible dominar el Concejo con estos pibes adentro (en referencia a La Cámpora)”. 
Las amenazas se tiran desde uno y otro lado, y dejan una inquietante incertidumbre. De cualquier modo, pasará demasiada agua bajo el puente antes de la resolución del galimatías. Si es por antecedentes, las apuestas pagan dos pesos por un Daniel Scioli adentro y rompen el score ante la posibilidad del divorcio, aun cuando reconocen la chance dirigentes que nunca antes habían planteado la idea de ver al Gobernador fuera del esquema K.
Quedarse o irse significa un embrollo grande para cualquiera de los dos sectores, y quien obligue la salida, o tome la resolución de salir solito -y en esto también se incluye a Sergio Massa-, deberá sopesar muchas cosas. 
No en vano los K mesurados aceptan que “la imagen de Scioli no se puede tirar por la borda”; ni los sciolistas apaciguados dejan de reconocer que “Daniel tiene una responsabilidad más allá del día de la elección, y es gobernar la Provincia dos años más”. En el entorno del mandatario miden antes los riesgos y después las posibles ganancias de una jugada arriesgada.
Otra vez tendrán las encuestas la palabra quizá más contundente para terminar con una disputa previa, ya iniciada y con actividad para todos. 
“Es prematuro hablar hoy de cómo se resolverá la cosa. En rigor, Cristina comienza a hacer lo que hacía Néstor y, para tener a todos entretenidos, los manda a armar, a caminar la Provincia, y después junta todas las canastas”, analizó ante La Tecla un legislador bonaerense. Algunos son menos optimistas y ven a la Presidenta decidida a cumplir con la promesa hecha a los pibes, quienes esperan ansiosos ver sus nombres, y poco más que sus nombres, en las nóminas del año que viene.
No es éste el tiempo de las definiciones, claro está, pero sí el de mostrar cartas, torearse, mandar frenéticos mensajes y, fundamentalmente, el de mostrar fuerzas.
El duelo se centra hoy en lo que puedan decidir juntos o separados Scioli y el kirchnerismo, y se cuela Sergio Massa, quien tampoco se queda quieto y produce movimientos capaces de inquietar tanto al Gober-nador como a la Casa Rosada. 
“Cristina tiene en la mira a Scioli y a Massa”, advirtió un funcionario del Senado nacional. “Y también hay en el Gobierno cierto temor a que se larguen juntos”, reconoció después.
Los armados 
Por cualquier eventualidad, todos empiezan a prepararse y a mantener atentos los sentidos en la cooptación de voluntades, arma fundamental para amenazar con el duelo y conseguir rédito, o directamente para ir al mismo.
La Presidencia largó Unidos y Organizados (UO) para cobijar bajo un mismo paraguas las variopintas expresiones adherentes al cristinismo, y que no tiene en el PJ a su principal punto de referencia. 
“Creo que el peronismo es fundamentalmente el kirchnerismo; el Partido Justicialista es una estructura conservadora y de derecha, me parece que tiene cada vez menos poder”, dijo Luis D’Elía. 
En la mesa de UO hay un representante de cada sector, pero la cabeza principal es La Cámpora, y el responsable es Andrés “El Cuervo” Larroque. El diputado nacional es uno de los cinco hombres más escuchados por la Presidenta, y quien se encarga de bajar línea.
Florencio Randazzo, aún fuera del es-quema del flamante espacio, mantiene su estructura, y a él responden varios intendentes de la Cuarta, Quinta, Sexta y Sép-tima secciones. Aunque algunos consideren al ministro del Interior un tanto relegado en las preferencias de la Presidenta, su capacidad de armado termina siempre por darle un lugar de privilegio en el andamiaje. 
Nuevo Encuentro sueña con ver a Scioli fuera del esquema y posicionarse como re-ferencia provincial del kirchnerismo de paladar negro. Falta mucho para ello, pero desde UO pugnarán por quedarse con más lugares en las listas que el mandatario bo-naerense. Un referente del sabbatellismo dijo a La Tecla que “estaría bueno enfrentarse al Gobernador y que se vean los pingos en la cancha”.
Por su lado, Daniel Scioli multiplica las agrupaciones alineadas con su figura. Entre tantas, sobresalen La Juan Domingo y la novel La DOS, que llegó con la misión de tener armado, formar cuadros, elaborar planes de gobierno y ser el paraguas contenedor de las demás expresiones, con Alberto Pérez como responsable de esa conjunción.
La Juan Domingo ganó de mano en posicionar abiertamente a Scioli como su candidato en 2015, a la vez de descartar el apoyo a la reelección de Cristina Fernández, y cortó así el último hilo con el que se unían al kirchnerismo. 
Scioli les confía parte del armado nacional, y avala sus actividades en la Provincia. Pero no siempre lo que dice o desea parte del sciolismo es lo pensado y deseado por el Gobernador; razón fundamental para entender el acercamiento de la agrupación a Sergio Massa. Hoy lo ven con más chances de romper al tigrense que al mandatario, y sin internas, sus nombres serían innegociables en las listas filtradas en Olivos.
La DOS y el resto de las organizaciones que apoyan abiertamente al Gobernador se mueven con otra cautela y bajo el lema “conduce Scioli y vamos con él donde él decida”. Falta mucho, es cierto, pero la eventualidad del duelo obliga a apurar los tiempos.

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