Quiero decirte que estoy muy agradecido por la daga que clavaste en mi espalda; en un principio entendí a ese absurdo ataque como una cobardía de tu parte, sin embargo -muy poco tiempo después- me di cuenta que el filo de tu arma solo había cortado un vinculo que unicamente existía en mi imaginación y que por mi parte lo había cargado en mi mochila de compromisos. Tu daga cortó las correas de esa mochila y recién en ese momento pude darme cuenta que me liberaste de un peso y un compromiso que solo yo cargaba.
Querido Playmobil no voy a develar la historia de tu traición; no porque no lo merezcas, mi reserva tiene que ver con otra cosa... yo no puedo darte rango de enemigo, eso seria darte mucha altura y bajaría mi nivel de debate...
Me cuentan que estas preocupado, preguntando cuanto durará mi enojo; quédate tranquilo no estoy enojado, solo decepcionado y las decepciones -a mi entender- no son pasajeras.
Durante años intenté que seas protagonista, muchas veces resignando mis propias aspiraciones; mientras tanto vos elegías ser un actor de reparto. No es tu culpa, es solo mia... si elegiste ser pito, ¿Quien soy yo para presentarte como corneta?
Gracias por alivianar mi mochila.
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