El sábado 26 de julio de 1952 se informó por la cadena de radiodifusión: “Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa espiritual de la Nación. Los restos de la señora Eva Perón serán conducidos mañana al Ministerio de Trabajo y Previsión en donde se instalará la capilla ardiente.”
El cuerpo de EVITA fue trasladado a la CGT y allí permaneció hasta diciembre de 1955 cuando un grupo comando, por orden del Presidente de facto, secuestró el cadáver del que no se supo nada por 16 años. El gobierno fusilador de Aramburu, no conforme con arrastrar su cuerpo por el mundo, lo enterró en el cementerio de Milán, Italia, bajo un nombre falso: María Maggi de Magistris.
Creían que alejándola de su pueblo, sería olvidada. Nada más lejos de la realidad. El clamor por tremenda infamia cada vez era mayor. La devolución de su cuerpo, secuestrado y escondido, fue la bandera de lucha, la exigencia permanente de Perón, de sus familiares, del movimiento obrero y de los jóvenes.
El 2 de septiembre de 1971, una nueva dictadura, la de Alejandro A. Lanusse, entregó el féretro al general Perón en Puerta de Hierro, en Madrid. Finalmente, EVITA recién volvió a la Patria el 17 de noviembre de 1974. El General ya había muerto.
Hoy se harán miles de entregas florales y homenajes en su nombre; pero el legado de EVITA va mucho mas allá de eso, ella necesita que su bandera de "JUSTICIA SOCIAL" sea efectivamente tomada como consigna y no usada como promesa meramente declarativa por una dirigencia divorciada del sentimiento popular.
Ante un nuevo aniversario de su muerte, desde este blog rendimos el mas sentido homenaje a la ABANDERADA DE LOS HUMILDES
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