En 1987, el Presidente Raúl Alfonsín visitó la localidad de Chos Malal, Neuquén, y mientras pronunciaba un discurso, militantes de izquierda comenzaron a hostigarlo gritando que tenían hambre. El Presidente, advirtiendo entre ellos a una persona bastante voluminosa, rápido de reflejos exclamó -señalándolo con el dedo- la celebre frase que usamos como titulo de esta publicación.
Casi treinta años después y mirando las fotografías subidas por la periodista Marina Lacolla -donde se muestra al intendente de San Miguel compartiendo un almuerzo con dirigentes gremiales-, hemos decidido hacer nuestras aquellas palabras del líder radical...
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