Es sabido que el Frente Renovador está realizando una campaña de juntar firmas contra el anteproyecto de reforma del Código Penal, elaborado por el juez Eugenio Raúl Zaffaroni y una comisión de expertos de distintos sectores de la oposición.
Esta especie de “Consulta Popular”, es -a nuestro humilde entender- un verdadero mamarracho mediático, sin ningún fundamento legal, ya que -según los massistas- con cinco millones de firmantes impedirían que ese proyecto ingrese al Congreso, afirmación que es absolutamente falaz por expreso imperio constitucional, ya que el último párrafo del artículo 39 de nuestra Carta Magna excluye de la iniciativa popular asuntos de materia penal. Por otra parte -y quizá más importante- la Constitución Argentina no prevé el recurso de iniciativa popular para prohibir o impedir la sanción de un proyecto de ley, sino por el contrario, para impulsarlo.
Los "Renovadores”, acuden habitualmente a la vieja demagogia que dicen combatir y entre falacias y chicanas instalan un preocupante clima de enfrentamiento de bases, solo para conseguir un rédito político sobre una cuestión que desconocen y que llevó a Zaffaroni a explicar que "el proyecto está entregado en el Ejecutivo” y que “estos señores están hablando de algo que no está publicado“ y para rematar dijo al respecto de Massa “que vuelva a la facultad de derecho y que agarre los libros que no muerden”.
De esta manera -sin sustento constitucional y sin importarles generar fragmentación social-, los massistas salen a buscar firmas contra la reforma penal, estimulados por la berreta sensiblería de su conductor, quien dijo que el tema "tiene que ver con en qué país van a crecer nuestros hijos".
EN SAN MIGUEL:
Por iniciativa del Intendente Joaquín de la Torre, el municipio se plegó a la junta de firmas contra la reforma del Código Penal.
El “Renovador” Jefe comunal no tiene ningún empacho de acudir a lo mas detestable de la vieja política para conseguir firmas sin asidero constitucional; así puede verse a personal “de planta” municipal “colaborando” -en horario laboral- en las mesas de recolección de firmas ubicadas en suelo sanmiguelino, como por ejemplo la instalada en la esquina de la plaza central (Balbín y Perón), donde -en voz baja- los empleados de la administración local justifican su presencia en el lugar para evitar “sorpresas salariales”.
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