Los fallecidos fueron, Máximo Taborda, los mellizos Juan Pablo y Juan Manuel Ligorria, Mariano Falcón y Gastón Arias Weschenfeller, quienes iban a disputar un torneo en Puerto Iguazú y se accidentaron en rutas misioneras.
El 20 de noviembre de 2010, luego de un accidente automovilístico en la Ruta 12 en la localidad de Puerto Piray, provincia de Misiones, fallecieron cinco rugbiers de SMR & HC, que se dirigían a disputar un torneo en Puerto Iguazú.
El caso conmovió al país, tanto es así que un par de días después del hecho, los jóvenes eran velados en el Salón Dorado de la municipalidad de San Miguel y todos los medios televisivos nacionales transmitieron en vivo la ceremonia.
Posteriormente los cuerpos eran trasladados a la Morgue Judicial de Ciudadela, para que allí se realicen los estudios forenses que permitieran identificar correctamente a las víctimas; para luego entregar los restos a sus familiares; sin embargo esos estudios no se realizaron. Este solo ya hablaba de irregularidades en el caso, ya que los estudio de ADN deberían haber sido realizados en la jurisdicción de origen del accidente, es decir las pericias genéticas eran competencia de la justicia misionera, por lo tanto era evidente que cinco cuerpos sin vida habían recorrido cientos de kilómetros y habían pasado por varias provincias sin la correspondiente identificación de los cadáveres.
HALLAZGO MACABRO:
Brutal e inexplicablemente, en la noche del 24 de noviembre de 2010, los féretros con los restos de los fallecidos aparecieron tirados en un galpón de la ciudad de Santa María, en estado de descomposición. Llamativamente los mismos medios que cubrieron el velorio, no le prestaron ninguna atención al aberrante hallazgo.
Los cajones con los cuerpos fueron retirados de ese espantoso lugar por personal de la municipalidad de San Miguel, de los Bomberos Voluntarios y de la Policía bonaerense, quienes tomaron intervención alertados por los vecinos del ex San Miguel Oeste.
Los restos sin vida fueron alojados transitoriamente en una bóveda en el cementerio San Antonio de Padua de San Miguel, a la espera de poder darles sepultura, una vez realizados los estudios de ADN, que en principio se informaba que demoraban diez días.
LA PESADILLA:
A partir del macabro hallazgo los familiares de aquellas victimas -que en el momento del accidente pensaban que habían conocido el máximo dolor- iniciaron la peor pesadilla de sus vidas, debido a una cadena de groseras irregularidades que giraban en rededor de este lamentable caso.
PEDIDO DE INFORMES:
El 22 de septiembre de 2011 y dado el hallazgo de los cuerpos tirados en un galpón, las demás torpezas del caso y la falta de respuesta de las autoridades municipales ante el reclamo de los familiares, el Honorable Concejo Deliberante local aprobó un PEDIDO DE INFORMES vinculado a “la tragedia de los cinco rugbiers”. Ello a pesar que nueve meses atrás ese mismo Cuerpo había rechazado una petición similar.
En la sesión del 22 de septiembre fue el propio jefe comunal, Dr. Joaquín De La Torre, quien pidió -vía telefónica- a los concejales el voto afirmativo de dicho planteo. A pesar de ello el intendente aun no dio ninguna respuesta a las cuestiones allí planteadas.
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