Por falta de fondos, acelerarán las jubilaciones en trámite, revisarán contratos de personal y reducirán gastos en publicidad.
Ante las dificultades financieras de la Provincia, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, decidió un drástico achicamiento del gasto público, un plan cuya máxima manifestación “hacia afuera” son dos medidas: la reducción de los subsidios a la educación privada, que afectará a 4.500 establecimientos educativos en un rubro que representa un auxilio clave para muchos de ellos, algunos de los cuales cubren así hasta el 70% del pago de salarios; y recortes en la logística del plan social Vida, para madres e hijos de hasta 6 años, que les asegura medio litro de leche diario a 650 mil personas.
La Provincia también agilizará las jubilaciones en trámite de docentes (unas 18.000); revisará los contratos de personal; restringirá la flota automotor oficial; y achicará las partidas para publicidad.
Estas son algunas de las medidas extraordinarias firmadas anoche, que se agregan a la paralización de la obra pública anunciada el martes y el pago en cuatro cuotas del aguinaldo de los empleados provinciales, que derivó en una serie de medidas de fuerza que arrancaron ayer.
Scioli busca retomar la iniciativa de gestión ante el acorralamiento político del gobierno nacional y los padecimientos propios de la falta de presupuesto. El primer gesto, casi simbólico, fue la eventual donación de aguinaldos de los funcionarios. Después se conoció el congelamiento de aquellas obras “que no tengan financiamiento asegurado”, que representan los dos tercios de las tareas previstas, por unos 6.500 millones de pesos.
La provincia les destina casi el 10% del presupuesto educativo a las escuelas privadas. En este segundo semestre serán recortados 380 millones de pesos, la décima parte del presupuesto para todo el año. El jefe de Gabinete, Alberto Pérez, explicó que se mantendrá el subsidio al cargo titular y se anulará la ayuda para el docente suplente.
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