MILITANCIA SI, PETE NO

Hace pocos días ha llegado a mis oídos una frase expresada desde la ignorancia y formulada al solo efecto de descalificarme “Castejón es conflictivo”, quizá esta falacia esconde la represión del dicente a asumir sus propias cualidades, posiblemente un simple dicho como “Castejón es militante, yo soy petero” hubiese graficado mucho mejor la realidad, pero bue…es lo que hay.

A pesar de lo dicho esta frase me permite adentrarme un poco en la "Teoría del Poder", para tratar de explicar el significado del conflicto en la arena política.

Poder y Conflicto son inversamente proporcionales, es decir el crecimiento de uno implica -inexorablemente- la disminución proporcional del otro, algo así como lo que sucede con una fotografía y su negativo, donde los puntos claros de un lado pasan a ser oscuros del otro y lo nítido, borroso.

En el terreno político Poder y Conflicto son materia de constante investigación, no quiero ponerme muy pesado escribiendo, así que sintetizando al máximo puedo decir que desde los sectores de derecha decir conflicto es decir caos, por alteración del orden. Por el contrario desde la izquierda el conflicto es progreso, por la necesidad de constante lucha popular contra la clase dominante.

Desde estos extremos se habla en definitiva de lo mismo: tal vez unos y otros miran el Poder y el Conflicto parados en puntos diferentes,  es decir adentro o afuera de cada tejido.

Lo anterior me permite distinguir  la existencia de conflicto hacia afuera (exterior) y hacia adentro (interior) del núcleo del poder. Por lo tanto definir a alguien como conflictivo, es lo mismo que sostener que esa persona genera conflicto al interior de la estructura, situación que en mi caso nunca se ha visualizado. En cuanto al conflicto exterior es lisa y llanamente una legítima aspiración de poder, por lo tanto ajeno a la descalificación analizada.

Pero todo esto no le importa a un petero, quien solo entiende la “Teoría de Poder hacer un Pete” y a los codazos trata de posicionarse lo mejor posible para deleitar con sus succiones magistrales y sin carga ideológica.

En definitiva quien quiera manejar el poder, deberá entender que el conflicto es la contracara de esa preciada moneda.

Juan Perón sabia como abrir y cerrar conflictos para ampliar su estructura de poder; muchos años después Menem tejía el poder, con conflictos minimizados, argumentando el absurdo del derrumbe ideológico: Así le fue… 

Seguramente los peteros coincidirán con la mentira de pensar que las ideologías murieron, total las doctrinas políticas son cosas pasadas de moda y para mantenerse cerca del poder solo basta saber dar una buena mamada.