domingo, 28 de agosto de 2011

PUBLICACION DE DIARIO POPULAR A NUEVE MESES DE LA MUERTE DE LOS JUGADORES DE SAN MIGUEL RUGBY

Los rugbiers de San Miguel todavía no descansan en paz

POR SERGIO TOMARO (Diario Popular)



Una enmarañada trama plagada de aspectos macabros, manejos oscuros y decisiones desacertadas envuelve el dolor de los familiares de tres de las cinco víctimas fatales de un impresionante accidente vial ocurrido hace nueve meses en Misiones, ante el temor que los restos amortajados en los ataúdes por ahora depositados en una bóveda prestada en el cementerio de San Miguel sean efectivamente los de sus muertos, en una situación inconcebible que se agiganta ante la negativa de la justicia a autorizar la realización de una contraprueba de ADN con la cual despejar todo tipo de dudas. O lo que sería aun más atroz, confirmar la peor de las hipótesis: que los despojos hayan sido mezclados.

El planteo de estas familias se circunscribe en lo que es un pedido desesperado al fiscal interviniente para que se les permita a los parientes de los fallecidos en el hecho conocido como la tragedia de los rugbiers de San Miguel, acceder al derecho de la contraprueba de ADN en procura de certificar plenamente la identidad de los restos. Sin embargo, el caso tuvo una derivación impensada que abrió otro punto de conflicto y por el cual los deudos de los deportistas muertos también aspiran a una profunda investigación para esclarecer porqué los ataúdes con los cuerpos despedazados estuvieron dos días depositados en un galpón en el domicilio particular del dueño de la funeraria a la cual la Municipalidad de San Miguel le encomendó hacerse cargo del quíntuple servicio.

Horacio Arias, padre de Gastón Arias Neschenfeller, una de las víctimas mortales del accidente ocurrido el 20 de noviembre del año pasado en las inmediaciones de Puerto Piray, aseguró a DIARIO POPULAR que su deseo “es que nos den el derecho de la contraprueba para saber, en mi caso, si los restos que están dentro del cajón son los de mi hijo” pero también apuntó a la la exigencia de “una profunda investigación sobre la cochería que intervino en este caso para conocer las razones por las que los cinco cuerpos estuvieron depositados dos días en la casa del dueño” de la funeraria.

De terror Sobre la contraprueba, Arias sostuvo que el fiscal Marcelo Carracedo “no nos extiende la autorización para hacer el estudio en el Banco Nacional de Datos Genéticos, con sede en el Hospital Durand, porque dice que las pericias” con restos cadavéricos que hizo en su momento “alcanzan para dar por cerrada la investigación”. Pero el padre de Gastón apuntó que los procedimientos realizados se basaron en tomas de sangre, primero, y de tejido, después, que para el caso de cadáveres carbonizados y en avanzado estado de descomposición no son garantía de efectividad.

Arias se apoya en que los protocolos de investigación genética consideran a los tramos óseos como los ideales para hacer un estudio de ese tipo y contó que si bien en el Banco Nacional de Datos Genéticos pueden hacer la contraprueba, es necesaria una autorización que el fiscal Carracedo hasta ahora no ha concedido. “Sólo nos queda que el juez que intervine en Misiones por el accidente que le costó la vida a los chicos, Horacio Saldaña, haga un pedido al respecto que nos facilite las cosas”

La cadena de errores y confusiones nació porque tras el accidente, los cuerpos de las cinco víctimas quedaron prácticamente irreconocibles por efecto del fuego, por lo que fue necesario numerar dos veces los cadáveres y ataudes por yerros en el macabro procedimiento de identificar a los muertos. “Tengo miedo a que los restos que están en el cajón no sean los de mi hijo. Y como vienen las cosas, es una posibilidad”, concluyó Arias.

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