viernes, 1 de julio de 2011

¿NEGOCIO MACABRO?

Esta fotografía muestra ataúdes ya utilizados. Nos preguntamos: ¿De donde los habran sacado?

De ser así como se obtiene un ataúd de segunda mano o ya usado, es decir si el difunto va al crematorio el cajón se quema. Si el mismo va a un nicho queda alojado en ese lugar, y si se entierra con el paso del tiempo estipulado según la ley, que entendemos que se sacan cada cuatro años, no saldrían en condiciones de ser restaurado, porque creemos que se desintegraría o la tierra lo podría consumir.

Hemos investigado como se llega a vender un ataúd ya usado y nos hemos encontrado con este gran negocio que es la restauración y venta de cajones recuperados sumado a las manijas que son robadas y todo lo que se pueda volver a utilizar.

Procedimiento:

Los cajones que van a tierra, no sirven para este negocio, por la humedad que reciben de la tierra los pudre, y no se pueden recuperar.

Los cajones que se reciclan, son los que van a nicho o a bóveda, ya que tienen una metálica adentro, te venden lo de afuera, el cajón de madera.

Los cajones para recuperarlos, hay que volverlos a lustrar, se tapizan otra vez, hay que pasarle brea para sacarle el olor que les quedan, quemarlos con alcohol de quemar adentro prenderlos fuego, y luego pasarle la brea.

¿Quiénes venden los cajones para ser restaurados? Según la información recaudada en el cementerio de San Miguel se hace de la siguiente manera, Los que van a nicho y bóveda son los que la gente no paga y que los mandarían a deposito y que los tirarían. Y también están los que la gente paga para llevarlos a crematorio, y lo único que ponen es la metálica, o ponen el cuerpo solo y lo otro lo venden. Otro negocio más se esconde en las manijas de metal que se sacan y se venden.

En el dolor se abusan de la confianza de la gente que lleva a su ser querido fallecido, no solo se comete un fraude al llevar a cabo estos procedimientos, sino que es una aberración. La cual se puede convertir en un delito. Mientras los deudos ingresan a un cementerio o a un crematorio desde adentro se los mira un grupo de carroñeros esperando hacer sus oscuros negociados.

Es imposible que de estas maniobras no estén en conocimiento las autoridades municipales.

En la fotografía se observa -entre muerte y negocios turbios- un triciclo, que muestra que allí se está criando un niño que se acostumbra a esta aberración

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