Néstor y De Narváez salen a la caza de los intendentes del conurbano
por www.criticadigital.c
El dirigente de Unión PRO empezó a recorrer la línea de jefes comunales y le pidió a Cariglino que le organizara encuentros para sumar estructura peronista a sus filas. Pisa el territorio que acompañó al ex presidente.
A sesenta días de las elecciones legislativas, los tironeos entre Néstor Kirchner y Francisco de Narváez por el apoyo de los barones del conurbano ingresaron en su etapa de reedición. Esta semana, el dirigente de Unión PRO le pidió al intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, que le organice una reunión “esta semana” con un grupo de jefes comunales del noroeste del Gran Buenos Aires, “para hablar de política”. Cariglino le ofreció a De Narváez contactarlo con los intendentes Sandro Guzmán, de Escobar; Luis Acuña, de Hurlingham; Joaquín de la Torre, de San Miguel; Raúl Othacehé, de Merlo, y Osvaldo Amieiro de San Fernando. Como si supiera de los movimientos de su adversario territorial, el ex presidente Néstor Kirchner organizó para hoy un acto y una cena en la localidad de Caseros, Tres de Febrero, a la que fue convocado el mismo grupo de intendentes. EL SABOR DEL ENCUENTRO. Tras la derrota electoral en Buenos Aires, Kirchner redujo sus apariciones públicas. El 6 de agosto cenó en Quilmes con poco más de medio centenar de dirigentes e intendentes del sur del conurbano. Kirchner apareció de improviso, invitado por uno de los pocos alcaldes que se define como kirchnerista, el local Francisco “el Barba” Gutiérrez. Entre un plato y otro, las preocupaciones que atravesaron aquella reunión fueron la situación del PJ bonaerense tras la elecciones, las obras que quedan sin realizar, los planes contra la pobreza y también la gobernabilidad de la administración de Cristina Fernández. En principio, los encuentros muestran que, más allá de la derrota, la mayor parte del PJ de Buenos Aires se mantiene todavía en comunicación con Kirchner.
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El dirigente de Unión PRO empezó a recorrer la línea de jefes comunales y le pidió a Cariglino que le organizara encuentros para sumar estructura peronista a sus filas. Pisa el territorio que acompañó al ex presidente.
A sesenta días de las elecciones legislativas, los tironeos entre Néstor Kirchner y Francisco de Narváez por el apoyo de los barones del conurbano ingresaron en su etapa de reedición. Esta semana, el dirigente de Unión PRO le pidió al intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, que le organice una reunión “esta semana” con un grupo de jefes comunales del noroeste del Gran Buenos Aires, “para hablar de política”. Cariglino le ofreció a De Narváez contactarlo con los intendentes Sandro Guzmán, de Escobar; Luis Acuña, de Hurlingham; Joaquín de la Torre, de San Miguel; Raúl Othacehé, de Merlo, y Osvaldo Amieiro de San Fernando. Como si supiera de los movimientos de su adversario territorial, el ex presidente Néstor Kirchner organizó para hoy un acto y una cena en la localidad de Caseros, Tres de Febrero, a la que fue convocado el mismo grupo de intendentes. EL SABOR DEL ENCUENTRO. Tras la derrota electoral en Buenos Aires, Kirchner redujo sus apariciones públicas. El 6 de agosto cenó en Quilmes con poco más de medio centenar de dirigentes e intendentes del sur del conurbano. Kirchner apareció de improviso, invitado por uno de los pocos alcaldes que se define como kirchnerista, el local Francisco “el Barba” Gutiérrez. Entre un plato y otro, las preocupaciones que atravesaron aquella reunión fueron la situación del PJ bonaerense tras la elecciones, las obras que quedan sin realizar, los planes contra la pobreza y también la gobernabilidad de la administración de Cristina Fernández. En principio, los encuentros muestran que, más allá de la derrota, la mayor parte del PJ de Buenos Aires se mantiene todavía en comunicación con Kirchner.
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