UN PERONISMO DESORIENTADO

Por Martín Dinatale
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El peronismo del poder y el PJ disidente no encuentran un rumbo claro y se pelean a los codazos por ocupar el mayor escenario. Ocurrió en toda la historia del partido fundado por Juan Perón. Siempre hubo extremos, sólo que estas fisuras reflotan y quedan a la vista cada vez que hay momentos de crisis.
Los gobernadores, intendentes y dirigentes del PJ que acompañaron en los últimos tiempos al matrimonio presidencial y que sufrieron un fuerte desgaste en sus distritos por el conflicto con el campo empiezan a rezongar contra el jefe partidario Néstor Kirchner. Lo acusan de "manchar" al peronismo con los movimientos piqueteros y con la denominada concertación plural que incluyó a Julio Cobos y al resto de los radicales K. Reclaman más peronismo.
Se trata de los gobernadores como Mario Das Neves (Chubut), José Luis Gioja (San Juan), Celso Jaque (Mendoza) o Sergio Urribarri (Entre Ríos), entre otros. Aunque también hay sindicalistas como Hugo Moyano o intendentes del conurbano que también piden "volver a las bases".
Estan fatigados con las arengas de Luis D?Elía y el maltrato de Néstor Kirchner. El esquema del doble comando los desorienta y ya no les resulta confiable. Creen que todo esto tendrá un costo político a pagar en el corto plazo: los comicios legislativos de 2009.
Desde que despuntó el conflicto con el campo que estos sectores venían reclamando una "oxigenación" del Gobierno. Pedían a viva voz el alejamiento de Alberto Fernández y siguen reclamando por lo bajo que el pólémico Guillermo Moreno salga de escena.
Es quizás este el único punto donde el peronismo oficialista y el disidente encuentra coincidencias después de un largo tiempo de desentendimientos.
Para el peronismo del Gobierno se rompió el verticalismo y la uniformidad que había sellado hasta ahora Néstor Kirchner. Ya hay voces que empiezan a animarse a retrucar en privado y en público al matrimonio presidencial.
En el PJ díscolo no todo es claridad. Hay coincidencia en las críticas al Gobierno pero no aparece un liderazgo definido. Hay líneas internas que compiten por el cartel y no tienen intereses comunes para armar un plan alternativo de poder.
Eduardo Duhalde y un amplio sector del PJ bonaerense entrelaza acuerdos con el peronismo residual de Ramón Puerta, Miguel Toma, Felipe Solá, Jorge Busti y los hermanos Rodríguez Saá. Empiezan a vislumbrar que es hora de armar listas para la pelea electoral del año que viene.
Sin embargo, los sectores representados por Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota en Córdoba, al igual que Carlos Reutemann en Santa Fe o el salteño Juan Carlos Romero no comulgan con la prédica de Duhalde. Creen que es un dirigente "pasado de hora" y no estan dispuestos a compartir un proyecto con él. No encuentran tampoco un líder que los acobije.
El conflicto del campo unificó a los diferentes sectores que se contraponen en el PJ. Unos en favor de la Casa Rosada y otros en contra. Es probable que haya una conducta en el Congreso que se repita con otros proyectos de ley del oficialismo. Pero de allí a confeccionar un proyecto electoral en común y definir liderazgo hay un paso que hoy no se da.
Los dos, tres o cuatro peronismos que conviven en la superficie política se chocan, son contradictorios y no logran encauzar un destino común. Se encuentran desorientados.