El transporte ferroviario, de nuestro país acaba de cumplir 150 años. Desde aquellos primeros momentos y hasta la actualidad muchos cambios han acontecido en el servicio.
En un primer momento, los ferrocarriles eran ingleses, y respondían funcionalmente al interés de dicho imperio, es aceptable afirmar que lejos del pensamiento inglés estaba el desarrollo urbano de las regiones -de nuestra tierra- recorridas por las vías del tren o la concepción de servicio social que hoy lleva dicho transporte. El diseño del recorrido de los trenes, en realidad, solo obedeció a la utilización del ferrocarril como medio hábil para achicar tiempos de traslado de materias primas al puerto de nuestro país y desde allí embarcarlo hacia el suyo. Precisando aun más esta explicación, el ferrocarril fue construido -por los ingleses- para que sus rieles se dirijan desde los frigoríficos del interior hasta el puerto de Buenos Aires; si hoy miramos un mapa de la red ferroviaria, a simple vista se observa que la mayoría de las redes viales tienen como destino la terminal de Retiro, que es lo mismo que indicar como destino final la zona portuaria de nuestro país.
A pesar de no haber sido el objetivo de los ingleses, el desarrollo urbano se fue produciendo en aquellos lugares en que el tren hacia paradas, la población crecía junto a los paraderos ferroviarios, y el tren dejaba de ser solo transporte de carga incluyendo -a partir de dicho crecimiento- el transporte de pasajeros. Con el tiempo aquellos paraderos ocasionales se transformaron en estaciones de trenes, posteriormente en la época que nuestro país se industrializó, durante el gobierno de Perón, se nacionalizan los ferrocarriles; esto significaba un cambio profundo, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista social. En aquel momento la radicación de industrias se realiza en zonas linderas a las vías, a partir de aquí cambia el perfil de los pasajeros transportados: el lugar de los poderosos hacendados es ocupado por la mayoría obrera, el nuevo rol del servicio es uno de los pilares fundamentales en que se sostiene la nueva economía Nacional (época del desarrollo de la INDUSTRIA NACIONAL), este cambio se refleja con nitidez en la conformación del casco urbano consolidado de la Región Metropolitana de Buenos Aires, cuyo crecimiento es notable formándose el primer y segundo cordón industrial.
Posteriormente se instaura la política de achicamiento y entrega del Estado de los 90’, y los cambios en el paradigma económico y político -con el fin del Estado de Bienestar y la llegada del paradigma Neoclásico- A partir de este momento, se deja en manos privadas la explotación de los recorridos ferroviarios. La política privatista no da los resultados esperados: el servicio no mejoro, con el agravante que el ramal que no generaba ganancias empresariales era cerrado; sin importar que ese cierre dejara aislados a los pueblos linderos a las vías. Esto en realidad era lógico que sucediera, debido a que las empresas solo buscan ganancias, sin estar dispuestas a resignar ningún ingreso con fines de equilibrio social, dado que este requisito no era exigido.
Esta breve descripción de la evolución de los servicios ferroviarios, es válida para entender que los servicios públicos NO DEBEN ponerse en manos privadas sin garantizarse y exigirse el cumplimiento de la función social que cada servicio conlleva.
En un primer momento, los ferrocarriles eran ingleses, y respondían funcionalmente al interés de dicho imperio, es aceptable afirmar que lejos del pensamiento inglés estaba el desarrollo urbano de las regiones -de nuestra tierra- recorridas por las vías del tren o la concepción de servicio social que hoy lleva dicho transporte. El diseño del recorrido de los trenes, en realidad, solo obedeció a la utilización del ferrocarril como medio hábil para achicar tiempos de traslado de materias primas al puerto de nuestro país y desde allí embarcarlo hacia el suyo. Precisando aun más esta explicación, el ferrocarril fue construido -por los ingleses- para que sus rieles se dirijan desde los frigoríficos del interior hasta el puerto de Buenos Aires; si hoy miramos un mapa de la red ferroviaria, a simple vista se observa que la mayoría de las redes viales tienen como destino la terminal de Retiro, que es lo mismo que indicar como destino final la zona portuaria de nuestro país.
A pesar de no haber sido el objetivo de los ingleses, el desarrollo urbano se fue produciendo en aquellos lugares en que el tren hacia paradas, la población crecía junto a los paraderos ferroviarios, y el tren dejaba de ser solo transporte de carga incluyendo -a partir de dicho crecimiento- el transporte de pasajeros. Con el tiempo aquellos paraderos ocasionales se transformaron en estaciones de trenes, posteriormente en la época que nuestro país se industrializó, durante el gobierno de Perón, se nacionalizan los ferrocarriles; esto significaba un cambio profundo, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista social. En aquel momento la radicación de industrias se realiza en zonas linderas a las vías, a partir de aquí cambia el perfil de los pasajeros transportados: el lugar de los poderosos hacendados es ocupado por la mayoría obrera, el nuevo rol del servicio es uno de los pilares fundamentales en que se sostiene la nueva economía Nacional (época del desarrollo de la INDUSTRIA NACIONAL), este cambio se refleja con nitidez en la conformación del casco urbano consolidado de la Región Metropolitana de Buenos Aires, cuyo crecimiento es notable formándose el primer y segundo cordón industrial.
Posteriormente se instaura la política de achicamiento y entrega del Estado de los 90’, y los cambios en el paradigma económico y político -con el fin del Estado de Bienestar y la llegada del paradigma Neoclásico- A partir de este momento, se deja en manos privadas la explotación de los recorridos ferroviarios. La política privatista no da los resultados esperados: el servicio no mejoro, con el agravante que el ramal que no generaba ganancias empresariales era cerrado; sin importar que ese cierre dejara aislados a los pueblos linderos a las vías. Esto en realidad era lógico que sucediera, debido a que las empresas solo buscan ganancias, sin estar dispuestas a resignar ningún ingreso con fines de equilibrio social, dado que este requisito no era exigido.
Esta breve descripción de la evolución de los servicios ferroviarios, es válida para entender que los servicios públicos NO DEBEN ponerse en manos privadas sin garantizarse y exigirse el cumplimiento de la función social que cada servicio conlleva.
1 comentario:
Me dio nostalgia leer esto. Me acuerdo del tren que pasaba por mi ciudad cuando era chica. Y si, después se nota que no daba ganancia y desapareció. La estación fue remodelada para convertirse en museo...Todavia me parece ver a mi papá que trabajaba en el correo, retirando los bolsines que traia el tren. Cuantas historias en esa estación...Gran verdad los últimos 4 renglones Dc. tu blog es muy interesante.
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