JOAQUIN Y FRANCO, ANONIMA SOCIEDAD

LOS SCIOLISTAS SEAN DESUNIDOS, ESA ES LA LEY PRIMERA

La política sanmiguelina los tiene como protagonistas desde hace muchos años; sus mayores logros los alcanzaron juntos, pero cuestiones monetarias los fueron separando, La Porta le exigía a De La Torre la devolución del dinero de la campaña 2007. 

Con lo dicho es claro entender que la ruptura entre ambos nunca fue política, sino solo económica, una simple cuestión de millonarios números, que finalmente fue saldada allá por el 2011.

Desde lo político nunca tuvieron diferencias y siguieron respetando “sus quintas”: Joaquín en San Miguel, Franco en provincia. 

Para que esta división prospere había que asegurar que La Porta sea el máximo referente de la oposición y eso se lograba deprimiendo la política, es decir despolitizando el distrito pero mostrando aparentes actividades en beneficio de la nada misma. 

Ese artilugio de hacer sin proponer traería una jugosa recompensa y le aseguraba el éxito a ambos socios ocultos: Al massista desarrollando su negocio inmobiliario local desde el sillón de intendente, al sciolista atendiendo su polirrubro bonaerense obtenido “vendiendo” su fingido liderazgo opositor en San Miguel.

En conclusión ninguno de los dos puede permitir un armado político diferente al que ellos diseñaron, cualquier posibilidad de conformar un tercer polo de poder será abortada por uno o por otro.

Quizá ahora se entiendan los “renunciamientos” de La Porta o el apoyo -de ambos- a Claudio Pérez para destruir la unidad militante en las pasadas internas del PJ.

La sociedad sigue vigente y ante la caída en las encuestas -para estas elecciones 2015- de Sergio Massa, los socios deben redoblar esfuerzos e inventivas para mantener la jugosa división sin que se les filtre ningún molesto armado político que obstruya la prosecución societaria.

Si Massa se sigue derrumbando Joaquín De La Torre deberá buscar su tercer mandato y ser candidato a intendente nuevamente, desoyendo sus propias palabras que afirmaban que ningún jefe comunal podía ser reelecto mas de dos veces en su cargo.

Por el lado su socio económico deberá cumplir con el trabajo de impedir la formación de un tercer espacio de poder, en esta oportunidad abortando la unidad del sciolismo local; si lo dicho no fuese cierto y si La Porta quisiese a “los naranja” unidos, como se explica que hasta el momento no se ha puesto del lado de Carlos Tapia como lo indicó el gobernador bonaerense.

La tarea de La Porta no es sencilla, el debe pregonar unión y accionar para la fragmentación del armado del sciolismo local; para ello el gran simulador cuenta con una extraña capacidad de no generarle conflictos al intendente de San Miguel y de hablar de generalidades diciendo poco y nada de los problemas concretos de los vecinos del distrito. Marketing de intrascendencias e impacto visual con escasas definiciones políticas de fondo son las herramientas de La Porta para asegurarle a su socio el sillón de mando, es decir el sciolista seguirá haciendo una campaña livianita y que aliente la desunión sciolista.

Ambos socios dicen ser propositivos y con una cuota alta de cinismo expresan que todo es cuestión de gestión; así se quitan la pesada carga de confrontar políticamente el uno con el otro, como si ninguno de los dos supiera que la política es conflicto, disputa de intereses y correlación de fuerzas.

San Miguel necesita un verdadero proyecto alternativo que recupere a la política en toda su dimensión y que se enfrente al nocivo acuerdo francojoaquinista que trata de adornar con globos multicolor los problemas sociales y con una lluvia de serpentinas y papel picado la realidad local...

Mientras esto no suceda el Sapo Pepe y Bob Esponja seguirán bailando...